Originarios de Waterford, Michigan, surge una banda de death metal que alimenta con su nombre la historia de la actriz asesinada, The Black Dahlia Murder.
Virtuosos, rápidos, violentos, melancólicos, son algunos de los adjetivos que se me ocurren al recordar sus riffs de guitarra y por ende de bajo. Abrumadora es la percusión que los envuelve, simplemente brutal. El dominio de los bombos recuerda el sonido del desastre, un batería que destroza las atmósferas en donde las cuerdas suplican.

Mención a la voz. La mezcla de death growls (voces guturales) y shriekings (gritos agudos), te va a volver loco. Sin que te des cuenta, vas a adorar a este tipo, Trevor Strnad. Va a llenarte la cabeza de rabia. Es uno de los mejores en esto.Y es que es éste, Trevor, el único miembro original que queda en la banda, quién no deja que el proyecto muera, para deleite nuestro. Haciendo un repaso por la discografía de esta inmensa banda, es fácil descubrir la progresión musical del concepto, sin que en ningún momento los cambios en la formación redunden en una disminución de calidad, velocidad o brutalidad, The Black Dahlia Murder, con su último disco Deflorate, consigue llevar veneno a oídos menos tolerantes con las composiciones fuera de la línea oficial.
Discos de estudio:
Unhallowed - 2003
Miasma - 2005
Nocturnal - 2007
Deflorate - 2009
Una pequeña muestra de talento, Funeral Thrist, de su primer álbum:
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